domingo, 6 de septiembre de 2015

Prospecciones ópticas, 5. Visión del exilio

Nervaduras en choque transformadas en danza, evanescentes gestos virtuales, lógica de las sombras. Difuminación. Ángeles apersonales vuelan como diminutos cohetes. Tú orbitas.
Nervios de la realidad dislocados, negados a tajos. Cortocircuito: salto a la conciencia de la cuerda floja. Germina la cuerda, despega: grandes distorsiones, acrobacias. Al otro lado del espejo te persigues: inmóvil. Te haces muecas: te transgredes. La realidad ha sido abolida en una proliferación metamórfica. Focalizas el cambio. Persistes en el cambio: sobrio, pues niegas seriamente toda realidad. Con una carcajada imposible me niegas, te niegas. Volamos más allá del negro hacia los destellos infinitos. La cámara yace, inútil: nos conocen en otro planeta, lejos, allá donde todo ha quedado atrás. Tú me gritas sin voz que he perdido la piel y que ves a través de mi cuerpo. Entonces chocamos contra un ojo que nos ve desnudos. Queremos venderle el alma, pero el alma ha desaparecido. También el ojo. Volvemos sobre nuestros pasos a las sombras difusas, a la claridad del día: nos hacemos muecas, en calma.

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